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Blog de Javier Memba

El insolidario

Un hallazgo en Miguel Severt

Archivado en: Apuntes para unas estampas madrileñas, Entre la imagen y las mil palabras, calle Miguel Servet

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Sólo unas líneas. Poco más que un pie de foto extenso para explicar la emoción que me ha embargado esta mañana en un regreso ocasional y fugaz, de paso y de prisa, a Lavapies.

Hay un poema de Félix de Azúa que aún me conmueve especialmente, "Canción de los subversivos alcoyanos a sus compañeros que iban a ser fusilados en Valencia (1869)" es su título. Y en él hay una estrofa que está mañana, al encontrarme con esta intervención anónima en una pared de la calle Miguel Servet, me ha venido a la cabeza. Ahí va: "Haz como el compañero Matías de la Serna/ tu hermano leridano/ tipógrafo que fue La Moderna,/ y al morir fusilado/ contra la tapia de cualquier cementerio/ en una playa o entre la maleza,/ grita al caer:/ ¡Abajo los tres reinos de la naturaleza!/ ¡Viva el perder¡"    

Publicado el 10 de diciembre de 2021 a las 20:15.

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Un tipo legendario

Archivado en: Serie gong, cuaderno de lecturas, apuntes para unas estampas madrileñas, De puro milagro

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            "Leyenda urbana" es un término, como tantos otros, desvirtuado de puro manido. Se aplica así, gratuitamente, a cualquier cosa en la que, sin ser rigurosamente cierta, pueda creer el vulgo. Incluso se definen como tal asuntos ajenos a las ciudades. Pero Harry, autor de De puro milagro, es una leyenda urbana al pie de la letra. Leal a sus amigos, bravo con sus enemigos y tierno con las chicas, medró en el Madrid finisecular, el amado Foro. Obligado a sobrevivir en sus calles, en sus bares y en sus noches desde que, habiendo sido expulsado de varios colegios, su abuelo, que hizo las veces de padre en sus primeras edades, le echó de su casa. Hablamos de un tipo de los que ya no quedan, a quien sólo el curso del tiempo parece haber derrotado.

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Publicado el 28 de octubre de 2021 a las 12:15.

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Apuntes para unas estampas madrileñas XVIII

Archivado en: Apuntes para unas estampas madrileñas

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Cierra A todo México

 

            No me gusta ni hablar ni escribir sobre comida. Ya sé que los tratados de cocina del Renacimiento son uno de los tesoros más preciados por los bibliófilos y supongo que el tema, en la pluma adecuada, inspirará una prosa tan elevada como cualquier otro. Pero a mí, que aborrezco la comida casera, no me interesa. Basta con encender la televisión para advertir que el auge de la gastronomía al que asistimos alcanza hasta a los niños. Ahora, sus nuevas gracias en los concursos no consisten ni en cantar ni en bailar ni en ser un precoz sabihondo; ahora, el niño que prima en la pequeña pantalla es el buen cocinero. Sin embargo, a mí, cuanto tiene que ver con los fogones me interesa tan poco como el deporte en su conjunto.

 

            De modo que al venir hoy a evocar el restaurante A todo México de la calle San Bernardino 4, no me mueve el elogio de sus suculentos tamales y enchiladas, pese a que sé que no he de volver a comerlos tan sabrosos. Muy por el contrario, vengo a reflexionar, como procuro hacer siempre al fin y al cabo, sobre cómo el tiempo se nos escapa.

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Publicado el 1 de marzo de 2016 a las 12:45.

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Apuntes para unas estampas madrileñas XVII

Archivado en: Apuntes para unas estampas madrileñas

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           Adiós al Comercial

            En los últimos meses he asistido al cierre o remodelación de tres cafés que frecuenté cuando iba a establecimientos públicos: el Dindurra, del Paseo Begoña de Gijón; el Montesol, del Paseo Vara del Rey de Ibiza; y el Comercial, de la madrileña Glorieta de Bilbao. Tres que en realidad son cuatro si sumamos el Parnasillo de la Calle de San Andrés de Malasaña, clausurado hace unos días. No cabe duda, el de los cafés a la usanza finisecular decimonónica, con tertulias de conspiradores contra el gobierno reaccionario y cerillera atendiendo los lavabos, también es un modelo de negocio agotado.

            Lo que se estila ahora son las modernas franquicias de las multinacionales y los cafés que intentan rehabilitarse acaban convertidos en híbridos despersonalizados. Pierden ese encanto, que prolongó su larga vida desde finales del siglo XIX hasta bien entrado nuestro nefasto siglo XXI, como perdieron sus puertas giratorias en aras de las automáticas. De bien poco les sirve poner wifi y abrir páginas en Facebook. Incluso resulta chocante implantar semejantes modernismos en lugares tan a la antigua. El Dindurra ha revestido de dorados su tradicional Art Déco y a no pocos de sus clientes de toda la vida les parece una verbena.

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Publicado el 18 de septiembre de 2015 a las 13:45.

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Apuntes para unas estampas madrileñas XVII

Archivado en: Apuntes para unas estampas madrileñas

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           Llorando a La Chopera de El Retiro

            Mis recuerdos son toda mi riqueza. Sin embargo, aquellos que guardo de lugares que ya no existen, cuyo pasado no puedo añorar desde las nuevas fisonomías, se me antojan de una memoria ajena. Calculo que a quienes añoran uno de esos pueblos sumidos bajo las aguas de un pantano ha de ocurrirles algo muy semejante a lo que me sucede a mí con la Chopera de El Retiro. Aún puedo remontarme cincuenta años atrás, cuando era un niño al que le daba miedo salir de Madrid. De aquel Madrid anterior al Zoo de la Casa de Campo, el de la Casa de Fieras, principal maravilla de El Retiro. Entonces La Chopera era una suerte de velódromo infantil donde los niños aprendían a montar en bicicleta, a menudo alquilada en El Caballo de Hierro. A excepción de mis días en La Arganzuela, siempre he vivido lejos de El Retiro. No obstante pasé en La Chopera alguna tarde de mis primeros domingos, alguna de aquellas que te invitaba a comer en su casa un compañero del colegio que vivía por allí.

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Publicado el 5 de junio de 2015 a las 22:00.

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Apuntes para unas estampas madrileñas (XVI)

Archivado en: Apuntes para unas estampas madrileñas, In memoriam

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Recordando a Moncho Alpuente

            Tuve noticia del fallecimiento de Moncho Alpuente recién tomada tierra en el aeropuerto de Gatwick para una estancia de cuatro días en Londres. Vaya este dato como disculpa de mi demora en dejar constancia de la muerte de un buen amigo. Bien es cierto que también allí hubiera podido escribir estas líneas. Pero calculé que la distancia de Madrid habría de ser beneficiosa para evocar a alguien que, amén de una buena persona en toda la extensión de la palabra, fue uno de los principales patrocinadores del Madrid de los años 80. Es más, si no fue él quien llamó por primera vez a todo aquello "La movida madrileña" le faltó muy poco. Desde luego -junto con el también entrañable Oscar Mariné-, fue el que acuñó la expresión Madrid me mata. Nombre que dieron a una las revistas legendarias de aquellos años.

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Publicado el 27 de marzo de 2015 a las 23:00.

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Apuntes para unas estampas madrileñas (XV)

Archivado en: Apuntes para unas estampas madrileñas

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Los curiosos de la cuesta Moyano  

          Guardo dos recuerdos muy queridos de Atocha y sus aledaños. El primero es el del scalextric, que se llamó popularmente al paso elevado que se alzó desde 1968 a 1986 en la glorieta del Emperador Carlos V; el segundo, el de aquellos lectores de los índices de los libros ofertados en los puestos y tenderetes de la cuesta Moyano. El scalextric de Atocha, junto al de Cuatro Caminos, fue una de las más destacadas manifestaciones de la modernidad de aquel Madrid que fue mi pequeño paraíso; los lectores de los índices, una escena familiar, capaz de procurarme un profundo sosiego incluso en mis días mas alborotados.

            Con el tiempo, los coches, signo externo de la prosperidad de las familias en ese Madrid que literalmente los alzaba al cielo en los pasos elevados, pasaron a ser la causa principal de los agobios del tráfico. No obstante lo cual, como seguían siendo indispensables, se convirtieron en una de esas cosas necesarias pese a que se tiendan a ocultar -algo así como la prostitución- y los scalextric se soterraron. Hasta ahí todo me encaja.

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Publicado el 25 de noviembre de 2014 a las 13:15.

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Apuntes para unas estampas madrileñas (XIV)

Archivado en: Apuntes para unas estampas madrileñas, "Elogio y exaltación del metro"

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Elogio y exaltación del metro

            Hace muchos años, en un bar muy castizo donde solía emborracharme a finales del pasado siglo, hubo una noche que el dueño me habló de lo raro que se la hacía ir a los sitios donde no hay metro. No porque necesariamente fuera a viajar en él, sino porque como buen madrileño, ir a un sitio cuyo subsuelo no estuviera horadado por sus túneles le resultaba extraño. Siendo el caso que a mí me ocurre igual, aunque nunca había llegado a considerarlo, al punto me rendí ante la certeza de su argumento.

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Publicado el 12 de septiembre de 2014 a las 00:15.

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Apuntes para unas estampas madrileñas (XIII)

Archivado en: Apuntes para unas estampas madrileñas, el cierre de Fuentetaja

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El cierre de Fuentetaja

            No sabría decir cuándo cerró sus puertas, pero debe de hacer más de veinticinco años. El caso es que siempre que paso por el número 28 de la calle Sagasta, recuerdo que allí estaba Libros La Tarántula. Junto al Galeón, del 7 de esa misma calle -que entonces no era de libros de viejo, como ahora- y Turner, del 3 de Génova, formaba lo que yo llamaba "las librerías de Alonso Martínez". Casi embriagaba, de tan maravilloso, el olor a papel impreso que te recibía en ellas cuando entrabas.

            Amo las librerías de Madrid desde que siendo un niño mi madre me llevaba a una que había en un piso de la calle Leganitos, sin más noticia de su existencia que una pequeña vitrina con algunas novedades en el portal de la finca, y me obsequiaba el Tintín correspondiente a la celebración de turno. A excepción de Espasa Calpe, he visto cómo cerraban todas las de mi época. Casi siempre para dar paso a tiendas de ropa, otra prueba irrefutable de la banalidad de nuestros días.

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Publicado el 17 de junio de 2014 a las 00:45.

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Apuntes para unas estampas madrileñas (XI)

Archivado en: Apuntes para unas estampas madrileñas

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           Mi camino de baldosas amarillas

            Siempre que los comerciantes vuelven a echar los toldos en las alturas de la calle Preciados, acabo recordando que fui el niño más feliz del mundo. Bien es cierto que la costumbre, que anuncia la inminencia de esos queridos 40 grados que todos los estíos bendicen mi ciudad, data de este nefasto siglo XXI. Pero a mí, siempre al tanto para verificar con mirada melancólica el paso del tiempo, me hace evocar la vieja calle Preciados. Un lugar que me sé de memoria porque mi paraíso perdido estuvo allí.

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Publicado el 22 de junio de 2013 a las 00:45.

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Javier Memba

Javier Memba

            Periodista con más de cuarenta años de experiencia –su primer texto apareció en la revista Ozono en 1978-, Javier Memba (Madrid, 1959) fue colaborador habitual del diario EL MUNDO entre junio de 1990 y febrero de 2020. Actualmente lo es en Zenda Libros. Estudioso del cine antiguo, en todos los medios donde ha publicado sus cientos de piezas ha demostrado un decidido interés por cuanto concierne a la gran pantalla. Puede y debe decirse que el setenta por ciento de su actividad literaria viene a dar cuenta de su actividad cinéfila. Ha dado a la estampa La nouvelle vague (2003 y 2009), El cine de terror de la Universal (2004 y 2006), La década de oro de la ciencia-ficción (2005) –edición corregida y aumentada tres años después en La edad de oro de la ciencia ficción-, La serie B (2006), La Hammer (2007) e Historia del cine universal (2008).

 

            Asimismo ha sido guionista de cine, radio y televisión. Como novelista se dio a conocer en títulos como Homenaje a Kid Valencia (1989), Disciplina (1991) o Good-bye, señorita Julia (1993) y ha reunido algunos de sus artículos en Mi adorada Nicole y otras perversiones (2007). Vinilos rock español (2009) fue una evocación nostálgica del rock y de quienes le amaron en España mientras éste se grabó en vinilo. Cuanto sabemos de Bosco Rincón (2010) supuso su regreso a la narrativa tras quince años de ausencia. La nueva era del cine de ciencia-ficción (2011), junto a La edad de oro de la ciencia-ficción, constituye una historia completa del género, aunque ambos textos son de lectura independiente. No halagaron opiniones (2014) fue un recorrido por la literatura maldita, heterodoxa y alucinada. Por su parte, David Lynch, el onirismo de la modernidad (2017), fue un estudio de la filmografía de este cineasta. El cine negro español (2020) es su última publicación hasta la fecha.  

 


 

          

 

Miniatura no disponible

 

Javier Memba en 2009

 

Javier Memba en 1988

 

Javier Memba en 1987

 

1996

 

 

Javier Memba en la librería Shakespeare & Co. de París

 

 

 

 

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Enlaces

-La linterna mágica

-Unas palabras sobre Vida en sombras

-Unas palabras sobre La torre de los siete jorobados

-50 años de la Nouvelle Vague en Días de cine

-David Lynch, el onirismo de la modernidad en Radio 3

-Unas palabras sobre Casablanca en Telemadrid

-Unas palabras sobre Tintín en Cuatro TV

 

 

ALGUNOS ARTÍCULOS:

Malditos, heterodoxos y alucinados de la gran pantalla

Nuevos momentos estelares de la humanidad

Chicas yeyés

Chicas de ayer

Prólogo al nº 4 de la revista "Flamme" de la Universidad de Limoges

Destinos literarios

Sobre La naranja mecánica

Mi tributo al gran Chris Marker

El otro Borau

Bohemia del 89

Unos apuntes sobre las distopías

Elogio de Richard Matheson

En memoria de Bernadette Lafont

Homenaje al gran Jean-Pierre Melville

Los amores de Édith

Unos apuntes sobre La reina Margot

Tributo a Yasujiro Ozu con motivo del 50 aniversario de su fallecimiento

Muere Henry Miller

Unos apuntes sobre dos cintas actuales

Las legendarias chicas de los Stones

Unos apuntes sobre el "peplum"

El cine soviético del deshielo

El operador que nos devolvió el blanco y negro

Más real que Homeland

El cine de la Gran Guerra

Del porno a la pantalla comercial

Formentera cinema

Edward Hopper en estado puro

El cine de terror de los años 70

Mi tributo a Lauren Bacall

Mi tributo a Jean Renoir

Una entrevista a Lee Child

Una entrevista a William McLivanney 

Novelistas japonesas

Treinta años de Malevaje

Las grandes rediciones del cómic franco-belga

El estigma de La campana del infierno

Una reedición de Dalton Trumbo

75 años de un canto a la esperanza

Un siglo de El nacimiento de una nación

60 años de Semilla de maldad

Sobre las adaptaciones de Vicente Aranda

Regreso al futuro, treinta años después 

La otra cabeza de Murnau

Un tributo a las actrices de mi adolescencia

Cineastas españoles en Francia

El primer surrealista

La traba como materia literaria

La ilustración infantil de los años 70

Una exposición sobre la UFA

La musa de John Ford

Los icebergs de Jorge Fin

Un recorrido por los cineastas/novelistas -y viceversa-

Ettore Scola

Mi tributo a Jacques Rivette

Una película a la altura de la novela en que se basa

Mi tributo a James Cagney en el trigésimo aniversario de su fallecimiento

Recordando a Audrey Hepburn

El rey de los mamporros

Una guía clásica de la ciencia ficción

Musas de grandes canciones

Memorias de la España del tebeo

70 años de la revista Tintín

Ediciones JC regresa a sus orígenes

Seis claves para entender a Hergé

La chica del "Drácula" español

La primera princesa de la lejana galaxia

El primer Tintín coloreado

Paloma Chamorro: el fin de "La edad de oro"

Una entrevista a la fotógrafa Vanessa Winship

Una recuperación del Instituto Murnau

Heroínas de la revolución sexual

Muere George A. Romero

Un mito del cine francés

Semblanza de Basilio Martín Patino

Malevaje en la Gran Vía

Entrevista a Benjamin Black

Un circunloquio sobre la provocación

Una nueva aventura de Yeruldelgger

Una dama del crimen se despide

Recordando a Peggy Cummins

Un tributo a las yeyés francesas

La última reina del Technicolor

Recordando a John Gavin

Las referencias de La forma del agua

El Madrid de 1988

La nueva ola checa

Un apunte sobre Nelson Pereira dos Santos

Una simbiosis perfecta

Un maestro del neorrealismo tardío

El inovidable Yellowstone Kelly

Que Dios bendiga a John Ford

Muere Darío Villalba

Los recuerdos sentimentales de Enrique Herreros

Mi tributo a Harlan Ellison

La inglesa que presidió el cine español

La última rubia de Hitchcock

Unos apuntes sobre Neil Simon

Recordando Musicolandia

Una novelista italiana

Recordando a Scott Wilson

Cämilla Lackberg inaugura Getafe Negro

Una conversación entre Läckberg y Silva

El guionista de Dos hombres y un destino

Noir español y hermoso

Noir italiano

Mi tributo al gran Nicholas Roeg

De la Escuela de Barcelona al fantaterror patrio

Recordando a Rosenda Monteros

Unas palabras sobre Andrés Sorel

Farewell to Julia Adams

Corto Maltés vuelve a los quioscos

Un editor veterano

Una entrevista a Wendy Guerra

Continúa el misterio de Leonardo

Los cantos de Maldoror

Un encuentro con Clara Sánchez

Recuerdos de la Feria del Libro

Viajes a la Luna en la ficción

Los pecados de Los cinco

La última copa de Jack Kerouac

Astérix cumple 60 años

Getafe Negro 2019

Un actriz entrañable

Ochenta años de "El sueño eterno"

Sam Spade cumple 90 años

Un western en la España vaciada

Romy Schneider: el triste destino de Sissi

La nínfula maldita

Jean Vigo: el Rimbaud del cine francés

El último vuelo de Lois Lane

Claudio Guerin Hill

Dennis Hopper: El alucinado del Hollywood finisecular

Jean Seberg: la difamada por el FBI

Wener Herzog y la cólera de Dios

Gordad, el gran maese de la heterodoxia cinematográfica

Frances Farmer, la esquizofrénica que halló un inquietante sosiego

El hombre al que gustaba odiar

El gran amor de John Wayne

Iván Zulueta, arrebatado por una imagen efímera

Agnès Varda, entre el feminismo y la memoria

La reina olvidada del noir de los 40

Judy Garland al final del camino de adoquines amarillos

Jonas Mekas, el catalizador del cine independiente estadounidense

El gran Edgar G. Ulmer

La última flapper; la primera it girl

El estigmatizado por Stalin

La controvertida Egeria del Führer

El gran Tod Browning

Una chica de ayer

El niño que perdió su tren eléctrico

La primera chica de Éric Rohmer

El último cadáver bonito

La exnovia de James Dean que no quiso cumplir 40 años

Don Luis Buñuel, "ateo gracias a Dios"

La estrella cuyo fulgor se extinguió en sus depresiones

El gran cara de palo

Sylvia Kristel más allá de Emmanuelle

Roscoe Arbuckle, cuando se acabaron las risas

Laura Antonelli, la reina del softcore que perdió la razón

Nicholas Ray, que nunca volvió a casa

El vuelo más bajo de la princesa Leia Organa

Eloy de la Iglesia y el cine quinqui

Entiérralo con sus botas, su cartuchera y su revólver

La chica sin suerte

Bela Lugosi y la sombría majestuosidad de Drácula

La estrella de triste suerte

La desmesura de Jacques Rivette

Françoise Dorléac

Klaus el loco

Una hippie de los 70

Jean Esustache, entre la Nouvelle Vague y el ascetismo

Nadiuska, un juguete roto

Thea von Harbou

Jesús Franco

David Cronenberg

Sharon Tate, como en un cuento de Sheridan Le Fanu

Un guionista sediento

La reina del fantaterror patrio

Dalton Trumbo y los diez de Hollywood

La primera chica que arrojó una tarta 

El desdichado Hércules contemporáneo

En la tradición familiar

El músico del realismo poético

Otro tributo a la gran Patty Shepard

Elmer Modlin y su extraña familia

Las coproducciones internacionales rodadas en España

Marilyn Monrore y su desesperado último gesto

Un amor más poderosos que la vida

El actor atrapado en sus personajes

Entre el fantasma de su madre y el final del musical

Barbet Schroeder

Amparo Muñoz

Samuel Bronston más alla de Las Rozas

Chantal Akerman

Françoise Hardy 

Un antiguo dogmático

Jane Birkin

Anna Karina, su turbulento amor y el Madison

Sandie Shaw, ya con calzado

El gran Serge Gainsbourg

Entre la niña prodigio y la mujer concienciada

La intérprete de Shakespeare que inspiró a The Rolling Stones

La maleta del capitán Wajda

Val Lewton y su dramatización de la psicología del miedo

La alimaña de Whitechapel

Cristina Galbó

La caravana Donner

Eddie Constantine

Un nuevo curso del tiempo

Rosenda Monteros

Una criatura de la noche

Una carta a Nicolás I

Edison y el 35 mm

Barbara Steele

El felón Esquieu de Floyran acaba con los templarios

Entre Lovecraft y Hitchcock

Tchang Tchong Yen recuerda a Hergé

La musa del ciberpunk

Néstor Majnó

Una leyenda del Madrid finisecular

El rey de la serie B

La primera cosmonauta soviética

Cuando la injuria sucede a la fatalidad

Bajo Ulloa y sus cuentos crueles

La cicerone de los Stones en el infierno 

Nace Toulouse-Lautrec

El París del Charlestón se rinde a Josephine Baker

Nastassja Kinski, la dulce hija del ogro

Un tributo a Sam Peckinpah

La leyenda del London Calling

Fiódor Dostoievski frente al pelotón de fusilamiento

Mi alucinada favorita

El hombre de las mil caras

El 7º de Caballería pierde la gloria

Un recuerdo de Silke

El genocidio camboyano

Peter Bogdanovich

Guy Debord y la sociedad del espectáculo

Un héroe de Iwo Jima 

Lupe Vélez tras el último tequila sunrise

El general Lee

Roman Polanski

Un hampón italoamericano

Jane Fonda en su juventud

Kraken en la Cuesta de Moyano

Josef von Sternberg

The Beatles en The Carvern y en el show de Ed Sullivan

Que la tierra le sea leve a Douglas Trumbull

El último superviviente del hampa de Chicago

Inma de Santis

El Álamo

Una musa insumisa

El malvado Zaroff y un elogio a las revistas pulp

Miles Davis

Un polaco y el amour fou

La Legión extranjera como género literario

Conchita Montenegro

Peter Lorre y su cara de villano

El juez de la horca

Syd Barrett

Kathleen Turner

Una caricatura de la hombría

Eric Clapton

Helga Liné

Butch Cassidy

Carlos Arévalo, un cineasta español

Nace el último bohemio

Pascual García Arano

María Perschy

El Combray de Ingmar Bergman

Carlos Castaneda

Una canción de Neil Young

Un suicida dandi

Hedy Lamarr

Philip K. Dick y sus realidades bastardas

La última mujer fatal

Andréi Tarkovski, otro maldito por la censura soviética

Nace la música de la New Age

"Wie einst" Lili Marleen

Una lectura de Byron en Villa Diodati

Un apostol de la sedición juvenil

Ava en mi ciudad

Rider Haggard

Una entrada para la "Historia universal de la infamia"

La Marguerite Duras cineasta

Gallardo y calavera

El hombre que vendió su alma a Elizabeth Taylor

El crímen de Charlotte Corday

Un elogio entusiasta de la urbe

Un ángel caído

Mary Bradbury teme por su vida

Pierre Étaix y su triste gracia

El mejor verano de los Rolling

María Rosa Salgado y su conmovedora discrección

La valentía de Ramón Acín

Sylvie Vartan

La cruz de Malta de Wim Wenders

La epifanía de Louis Daguerre

Carroll Baker

Marie Laforêt y mi amigo Eloy

Eliseo Reclus atisba su quimera

Patty Pravo

Richard Pryor contra sí mismo

Miroslava, una actriz marcada por la fatalidad

France Gall y el doble sentido

Robert Bresson y el cine puro

La gesta de Alekséi Stajánov

Nace el Rimbaud del Rock & Roll seminal

Dominique Dunne, una filmografía que se quedó en el aire

Un actor vampirizado por un personaje

Tolkien publica El Hobbit

La segunda musa de Godard

John Dos Passos entra en la eternidad

Alain Resnais, el cine de la memoria

Una musa del filme noir

El cadáver de Nancy Spungen en el Chelsea Hotel

La historia de Bobby Driscoll

Un icono del feminismo

Recordando a Tina Aumont

Colgaron a Gilles de Rais

Dario Argento

Nico en el cine

Dylan Thomas en su último trance

Brigitte Helm

Un punkie en la Disney 

Nace Billy el Niño

The Wall

Tennessee Williams

Vivien Leigh

Kazuo Sakamaki salva la vida en Pearl Harbor

El proscrito de la Escuela de Barcelona 

47 hombres de honor

Charlotte Rampling

La incomunicabilità del gran MIchelangelo Antonioni

F. Scott Fitzgerald

Un pilar del cómic estadounidense

Juliet Berto

Erik, el fantasma de la Ópera

Una comedia francesa

Un pesimista alegre

Una mirada indolente a la derrota 

Sender en Casas Viejas

Kipling en su último momento

Los hermanos Marx

Puente sobre aguas turbulentas

Anouk Aimée

Mary Shelley

Quentin Tarantino

Neal Cassady 

Natalie Wood

La heterodoxia de Ermanno Olmi

Fu-Manchú

Stefan Zweig pone fin a sus días

 

 

 

 

 

 

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